
Voy a hablaros sobre una fuente, sobre una tumba, sobre un monumento... pero que nadie conoce de él y que, cuando la gente pasa a su lado, no sabe qué es.
¿A alguien le suena eso? Se encuentra en
la calle de Guillem de Castro en su intersección con la calle del Hospital. A
simple vista parece una fuente macabra, con forma antropomórfica (esto es,
imitando la forma de una persona) en la que se puede distinguir el bulto de la
cabeza, donde estarían los brazos, la curva de las piernas y, finalmente, los
pies.
Ciertamente es una fuente: hay agua en su
mecanismo, en la parte superior hace una balsa de la que siempre hay algún
pájaro bebiendo, el agua cae grácilmente por sus laterales y se introduce de
nuevo en el suelo por las rendijas que hay bajo de ella. En cuanto a este
aspecto, sí, es una fuente, pero no únicamente una fuente.
Ya su forma antropomórfica nos puede dar una pista. Es una tumba.
Es una tumba y muy antigua, por cierto. Antes de seguir
profundizando acerca de la tumba, debemos conocer un poco sobre su ubicación:
enfrente exactamente de la ermita cristiana más antigua de la ciudad, la ermita
de Santa Lucía, del siglo XIV, y junto a una de las antiguas entradas a Madina
at Turab (Valencia) por la muralla islámica.
¿Por qué es importante la ermita de Santa Lucía para esta
fuente-sepulcro? Quizás os dé otra pista el saber una curiosidad sobre esta
ermita y es que está perfectamente orientada a la Meca.
Esta tumba pertenece a un santo, pero no a uno cristiano, sino a
un santo maestro sufí que se llamaba Sheikh Mussa.
La fuente no tiene inscripciones (al menos, no que haya
observado), así que ¿cómo sabemos que se trata de la tumba de este santo sufí?
la tradición sufí no se conserva tanto en papeles, legajos y libros sino de
forma oral. Los sufíes recuerdan el nombre de los hombres más destacables así
como sus lugares de descanso.
Para aquellos que no sepan qué es el sufismo, os pongo un extracto
de la definición de Sufismo que encontré en la wikipedia:
"El término sufismo se usa en Occidente para
referirse, por un lado a la espiritualidad islámica denominada tasawwuf.
[...] En el ámbito tradicional islámico el tasawwuf al-islami ha
denominado la espiritualidad islámica, es decir, aquella faceta, conocimientos,
métodos, formas y ritos que, dentro del contexto del islam, se han
dedicado a las cuestiones del espíritu, la purificación del alma, a la
metafísica, a la interpretación interior de los preceptos islámicos, a la
relación de Dios con el Cosmos."
A continuación tenéis unas líneas que encontré después de varias
horas de búsqueda en google utilizando los términos "tumba",
"fuente", "Ángel Guimerá" y "Santa Lucía". Costó
bastante y ya al final, después de navegar en muchas páginas de historia, otras
tantas de contenido vacío y alguna que otra que no cargaba correctamente, tras
revisar varios periódicos en hemerotecas, llegué a un blog de sufíes
valencianos. Os dejo la dirección y la información que pude extraer. Es un
relato hermoso de cómo un grupo de personas lograron poner nombre y apellidos a
esa tumba.
Una Sufí valenciana como posiblemente fuera la añorada Omalhina,
por causa de la Misericordia Divina empezó hace unos años a frecuentar la
compañía de dos grandes maestros espirituales, como son Sheikh Mohammad
an-Mevlevi y Sheikh Hussein an-Naqshband. Al cabo de un tiempo estos maestros
le indicaron la existencia de un santo Sufí cerca de Santo Espiritu, en Gilet.
Cuando nos trasladamos hasta allí, en plena naturaleza, un intenso olor a rosas
reveló la presencia del Santo. Este fue el primer "maqam" de un Santo
Sufí del Sharq al-Andalus que se descubría despues de muchos siglos. Los
maestros nos confirmaron la ubicación exacta de la tumba y que se trataba de un
martir y de uno de los más antiguos Santos de estas tierras.
Después nos indicaron la presencia de otro Santo en la zona de Cortes de Pallás, e igualmente nos desplazamos hasta allí y localizamos su tumba. Pasó un tiempo en que de vez en cuando visitabamos estas dos tumbas sin solución de continuidad ni pensar en nada más, hasta que un día nos decidimos a preguntar si había algun Santo enterrado en nuestra propia ciudad y cuya visita nos resultara más accesible. Nos indicaron que sí lo había, cerca de la biblioteca municipal de Valencia. Tensando la fibra de la sensibilidad a cada paso, recorrimos toda la zona encontrando tres posibles lugares, dejando en último lugar uno que por lo "evidente" nos parecia una burla: una extraña fuente que si se miraba con la intención de darle un significado podía parecer un sarcofago de piedra con forma humana. Los maestros negaron la existencia del Santo en los tres lugares que les propusimos y como no nos quedaba otra opción, preguntamos por la fuente y para nuestra sorpresa nos indicaron que era precisamente bajo esa fuente que se encontraba Sheikh Mussa.
Al cabo de los días acudimos al lugar provistos de brújula y comprobamos como la fuente de marmol blanco, casi antropomórfica, estaba enquiblada[63] con una precisión casi total, como si el cuerpo, yacente sobre el costado derecho y con la cabeza mirando a Meca, se hubiera materializado en esa fuente siempre cubierta de agua, y por lo tanto preservada de toda impureza, como corresponde a un amigo de Dios.
Después supimos que bajo aquel jardín estuvo localizado uno de los primitivos cementerios islámicos de la ciudad de Valencia. Junto al santo, continúa en pie la más antigua ermita cristiana de la ciudad, la única del siglo XIV, que curiosamente también está orientada a Meca. Más tarde supimos aún que junto a la fuente actual se encontraba una de las puertas de acceso de la muralla islámica de Madina at Turab.
Trás este "hallazgo" no cesamos de preguntar regularmente sobre nuevos emplazamientos, y cual no fue nuestra sorpresa cuando, de las formas más inesperadas, aparecieron ante nosotros un cada vez mayor número de enterramientos de Santos musulmanes, el mayor tesoro que podíamos haber esperado recibir proveniente de nuestros antepasados.
Después nos indicaron la presencia de otro Santo en la zona de Cortes de Pallás, e igualmente nos desplazamos hasta allí y localizamos su tumba. Pasó un tiempo en que de vez en cuando visitabamos estas dos tumbas sin solución de continuidad ni pensar en nada más, hasta que un día nos decidimos a preguntar si había algun Santo enterrado en nuestra propia ciudad y cuya visita nos resultara más accesible. Nos indicaron que sí lo había, cerca de la biblioteca municipal de Valencia. Tensando la fibra de la sensibilidad a cada paso, recorrimos toda la zona encontrando tres posibles lugares, dejando en último lugar uno que por lo "evidente" nos parecia una burla: una extraña fuente que si se miraba con la intención de darle un significado podía parecer un sarcofago de piedra con forma humana. Los maestros negaron la existencia del Santo en los tres lugares que les propusimos y como no nos quedaba otra opción, preguntamos por la fuente y para nuestra sorpresa nos indicaron que era precisamente bajo esa fuente que se encontraba Sheikh Mussa.
Al cabo de los días acudimos al lugar provistos de brújula y comprobamos como la fuente de marmol blanco, casi antropomórfica, estaba enquiblada[63] con una precisión casi total, como si el cuerpo, yacente sobre el costado derecho y con la cabeza mirando a Meca, se hubiera materializado en esa fuente siempre cubierta de agua, y por lo tanto preservada de toda impureza, como corresponde a un amigo de Dios.
Después supimos que bajo aquel jardín estuvo localizado uno de los primitivos cementerios islámicos de la ciudad de Valencia. Junto al santo, continúa en pie la más antigua ermita cristiana de la ciudad, la única del siglo XIV, que curiosamente también está orientada a Meca. Más tarde supimos aún que junto a la fuente actual se encontraba una de las puertas de acceso de la muralla islámica de Madina at Turab.
Trás este "hallazgo" no cesamos de preguntar regularmente sobre nuevos emplazamientos, y cual no fue nuestra sorpresa cuando, de las formas más inesperadas, aparecieron ante nosotros un cada vez mayor número de enterramientos de Santos musulmanes, el mayor tesoro que podíamos haber esperado recibir proveniente de nuestros antepasados.
Ésta ha sido la primera entrada, espero que de muchas, en este
blog que dedicaré a historias, monumentos, tradiciones... de esta gran ciudad
que es Valencia y que por desconocimiento o por no querer saber de dónde
venimos, echamos a perder y no ponemos en valor.
¿Por qué ha sido la primera? Ciertamente no es un aspecto
fundamental de nuestra cultura, no se trata de una epopeya gloriosa, no hay ángeles
luchando contra dragones, pero siempre que he pasado por la calle del Hospital
con Guillém de Castro me fijaba en esta fuente tan extraña que ha resultado ser
un santo sufí.
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