¿Creíais que en Valencia no hay edificios malditos?
Llevo ya un rato pensando en cómo iniciar esta entrada. Me
viene a la cabeza el tono y modo de expresarse de Íker Jiménez en Cuarto
Milenio / Milenio 3, también algunas palabras como “misterio”, “muerte”, “paranormal”,
“cementerio”, “almas” y “espíritus” luchan en mi mente intentando salir, cada
una de ellas, con una frase lógica pero se atascan en mis dedos y no consiguen
plasmarse correctamente. Así pues, creo que lo mejor es que empiece presentando
la situación y, luego, las palabras irán saliendo solas conformando la narración
de la historia.
Alejado del centro histórico de la ciudad de Valencia, ahora
ya completamente integrado en la organización urbana, se encuentra el Carrer de
Tres Forques (distrito Olivereta) y, por si alguien quiere ir a visitar el
edificio objeto de esta entrada, se encuentra en el cruce entre Tres Forques –
Pérez Galdós – Cuenca.
A simple vista parece un edificio normal, de una
construcción algo curiosa, pero con una forma que dentro de lo que vendría a
ser un edificio ubicado en la confluencia de tres calles pasaría inadvertido. Y
es que por fuera no tiene mucho misterio y por dentro, una peculiar escalera
triangular que ninguna casa de la zona tiene. Nada hace pensar mal de este
edificio.
Construido en 1957, una placa del por entonces Ministerio de
Vivienda anuncia que el inmueble está acogido a los beneficios de la Ley de 15
de julio de 1954. Muchos edificios en Valencia disponen de estas placas en sus
fachadas, pero lo importante y que ya apuntaba maneras es el año de su
construcción: 1957. ¿Qué ocurrió en 1957? La Gran Riada de Valencia (o La Riuà).
Previa a su construcción, cabe añadir que en el siglo XVII
(1647) se produce una epidemia de peste que asola Valencia. A causa de esta
epidemia se crean hospitales de campaña en las afueras de la ciudad. Antes ya
había dicho que en la actualidad Tres Forques se encuentra integrada en la
ciudad como un barrio más de ella, pero en el siglo XVII se encontraba a
extramuros de la urbe, y allí se enterraron a los fallecidos por esta epidemia.
En el siglo XIX otra epidemia acude para diezmar a la
población: el cólera. Nuevamente, se instalan hospitales de campaña en las
afueras de la ciudad y, otra vez, exactamente en el solar donde siglos más
tarde se construirá este edificio, excavan una fosa común para los caídos por el
cólera. En este momento es cuando se acuña el término Tres Forques (Tres
Horcas).
Recapitulando, el edificio se levanta sobre un solar donde
se enterraron víctimas de la peste, muertos por el cólera y se construyó el año
de la Riuà. La Gran Riada de Valencia dejó a su paso por la zona del edificio
de Tres Forques 400 muertos.
Ahora vamos a empezar con su leyenda negra, y es que en este
edificio han muerto varias personas (y algún que otro herido grave) desde 1968.
La vedette Gracia Imperio, bautizada con el sobrenombre de la artista de los ojos musulmanes, ya
había debutado en el teatro de La Zarzuela de Madrid. Era una de las estrellas
de la revista y las lentejuelas, una mujer explosiva que se codeó con Antonio Machín
y triunfó en Madrid, Barcelona y Valencia.
Pero la muerte y el misterio llegaron la Noche de Todos los
Santos. Al día siguiente, policías, alertados por el modisto de la vedette, entraron
en la vivienda y hallaron las espitas del gas abiertas en la vivienda. Segundos
después, encontraron los cadáveres de Emilia Argüelles (Gracia Imperio) y
Vicente Alberto Artal en la bañera. ¿Suicidio, accidente o asesinato? LAS
PROVINCIAS informó al día siguiente de la trágica noticia con un titular a tres
columnas y letras mayúsculas: «GRACIA IMPERIO, MUERTA POR INTOXICACIÓN DE GAS».
Tiempo después, otro vecino del edificio, el cuñado de
Mercedes Viana (la dueña del Mogambo Club y 11 pisos de la finca), falleció al arrojarse
por el hueco de la escalera.
La cuarta víctima fue un joven de 18 años. Murió en su
domicilio en el octavo piso tras consumir, presuntamente, drogas cuando
celebraba su cumpleaños con sus amigos. Sus padres no estaban en casa.
El siguiente suceso se cobró la vida de una niña de dos
años. La menor cayó al vacío cuando jugaba a saltar sobre una cama junto a una
ventana. Su hermano también se precipitó cuando intentaba agarrarla.
Otra de las personas fallecidas residía en la puerta 15.
«Era un hombre muy trabajador y educado», recuerda Pedro Rubio, un mecánico que
tiene dos pisos en el inmueble. «Su madre llevaba varios días sin poder
contactar con él por teléfono, y cuando vinieron para ver qué pasaba
descubrieron el cadáver», añade el vecino.
En la década de los 80, un anciano se quitó la vida al
lanzarse desde una de las viviendas del octavo piso de esta finca.
Se encontró un hombre mayor en avanzado estado de
descomposición, muerto en su casa.
A principios del mes de Marzo de 2012, Edeleine, una joven
brasileña de 32 años, tuvo una discusión con un individuo bajo los efectos de
anfetaminas que la acuchilló y la arrojó por el hueco de la escalera.
Algunos vecinos aseguran que hartos de oír voces y ver
sombras dentro de sus casas, decidieron venderlas y poner tierra de por medio,
alejándose de tan enigmático edificio. Tal es el caso de C. L. , propietaria de
un par de pisos de este inmueble que tuvo que marcharse ante las bajadas
drásticas de temperatura, los sonidos de pasos en el parqué y la sensación de
sentirse observada continuamente. Tal era el miedo que durante años tuvo que
dormir con la luz del baño encendida para poder conciliar el sueño.
Fuentes:
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